jueves, 29 de enero de 2015

¡ALEXIS TSIPRAS SE OLVIDA DE LA IGUALDAD!

   Queridas todas, retomamos nuestra actividad en el blog con el comienzo del año político, tras la victoria de Syriza en las elecciones griegas. Habiéndose quedado a dos escaños de la mayoría absoluta, Syriza, que se declara de izquierdas, acaba de pactar gobierno con ANEL, un partido más a la derecha que Nueva Democracia. Comparten tesis respecto a la troika y a la necesidad de recuperar la soberanía nacional, pero no ocurre lo mismo con los derechos humanos y las libertades: ANEL propugna la expulsión de inmigrantes, se opone a reconocer algunos de los derechos de los que gozan en otros países las minorías sexuales y no quiere ni hablar de la separación de poderes Iglesia-Estado, lo que significa hacer ley de creencias patriarcalistas que no abren tampoco mucha esperanza para los derechos y libertades de las mujeres. Algo así como si Podemos acabara de pactar gobierno con VOX.

   Una vez más, parece que lo urgente (y siempre hay algo urgente) desplaza a lo importante, y que las mujeres y las minorías sociales (étnicas o sexuales) habrán de seguir esperando su turno eternamente. De momento, Syriza ya ha renunciado explícitamente a la separación entre Iglesia y Estado, a reconocer el derecho a tener hijos a las parejas homoparentales (un punto que desapareció de su programa tan sólo 10 días antes de las elecciones) y también hemos tenido  la triste ocasión de comprobar que en el gobierno recién formado no hay ni una sola mujer.

   Sin embargo, durante todo este tiempo las mujeres sí han estado en la primera línea de batalla, tanto en el interior como en el exterior de los hogares, sacando a sus familias adelante, haciéndose cargo de los menores, mayores y dependientes a los que el Estado había abandonado; peleando por sus salarios en sus centros de trabajo, llenando las calles en las manifestaciones, estando las primeras en los actos solidarios, luchando contra las injusticias perpetradas al alimón entre los intereses políticos y económicos (véase, por ejemplo, la página Hellenic Mining Wathc). Como Pegaso alado, han resistido, y han llevado a lomos a sus hombres, a sus padres, a sus hijos, a sus hermanos, hasta la victoria que ellos después, al parecer, creen deberse sólo a sí mismos, a su propia astucia, a su prepotencia, a su testosterona.

   A estos Belerofontes, más pronto que tarde, también les llegarán los dioses a tirarles del caballo y a hacerles saber que no merecen ese Olimpo con el que sueñan. Y con ello, una vez más, volveremos a perder todas y todos.


  Viendo las trenzas de nuestras vecinas pelar, hemos de poner las nuestras a remojar: habrá que desaconsejar, desde el principio, el voto y la lucha al lado de quienes nos ninguneen, de quienes no consideren nuestros derechos una prioridad ni una urgencia. Y habrá que exigir desambiguación, claridad absoluta y garantías. Si no es al lado de los derechos y las libertades de todos pero también de todas, si no es lado de las mujeres, nadie será nunca lo suficientemente grande; nadie tendrá nunca la suficiente fuerza y el suficiente capital social. Sí, algunos dicen que lo importante es comer, pero aún más importante es tal vez que exista una razón para querer comer y continuar resistiendo.

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