sábado, 28 de enero de 2012

La dependencia emocional de las mujeres maltratadas


Ayer murió otra mujer víctima de la violencia machista. Y van siete en este mes de enero aún inconcluso.

Las noticias sobre las víctimas por violencia de género en los primeros días del año producen consternación. Los medios de comunicación ofrecen cifras, la edad de las víctimas, la edad de los asesinos, el número de cuchilladas, el número de hijos que dejan, la hora en que ocurrió la muerte…

Luego, preguntan al entorno, a los vecinos, esos que no ven lo que ocurre entre las cuatro paredes de una habitación y que si alguna vez oyeron gritos o golpes no fueron capaces de llamar a la policía. “Nadie podía sospechar que esto pudiera llegar a ocurrir…”, responden, invariablemente, cuando el periodista les pregunta sobre la víctima o el verdugo.

También los familiares son víctimas pero han de saber que su historia puede despertar muchas conciencias y posiblemente evitar otros asesinatos. Hay que desterrar mitos y leyendas, dar la noticia y hacer seguimiento de la misma, la confirmación de un crimen por violencia de género debería ser explicado por técnicos de Instituciones que puedan esclarecer los hechos.

Hay otras noticias que no aparecen en los medios, pero son igual de importantes. Sólo hay que mirar las cifras escalofriantes sobre víctimas de maltrato psicológico para entender la magnitud del problema. Un maltrato que lentamente va destruyendo las vidas de mujeres que un día fueron independientes.

¿Tienes alguna amiga que haya sufrido maltrato psicológico? Es duro hacerle ver lo que era y en lo que se ha convertido a base de amenazas, insultos, chantajes, humillaciones, vejaciones… Quizá la relación ha terminado o está en proceso de divorcio. Es su nueva oportunidad, pero ella es como ese pájaro al que abren la puerta después de estar años y años encerrado, ni intenta salir porque, a pesar de tener alas, se le olvidó para qué sirven y lo único que hace es saltar de un palo al otro y cantar mientras no le tapen con un trapo para que se calle…. 

La dependencia emocional es tan grave que ahora tiene que aprender a pensar en sus necesidades, a tomar sus propias decisiones, a infundirse respeto para que sus hijos la respeten, a tener esperanza, ilusión, confianza en la gente, a buscar en su mente la dignidad por ser mujer, levantarse y salir al mundo, y sobre todo no pensar y repetir lo que el otro, del que sigue dependiendo, dice, quiere, piensa…

Debemos trabajar más sobre los planes de igualdad, e incidir en la educación no sexista, ya que los sucesos corroboran que no hemos hecho lo suficiente. Siempre hay un Centro, un profesor, algo o alguien que impide que la igualdad progrese más deprisa, porque probablemente piense que son cosas de feministas radicales.
 Hace falta más compañerismo entre las mujeres, es necesario trabajar con niños  y madres para enseñarles a poner límites o no trasvasarlos, los valores de una educación igualitaria, y sobre todo a decir basta y salir corriendo si fuera preciso, antes de que un maltratador destroce la vida de otra mujer…

4 comentarios:

  1. La codependencia de la mujer la destruye a ella primero, después daña al resto. Siete mujeres más y siete familias ya no tienen salida. El círculo vicioso solo se romperá cuando todos seamos conscientes de la necesidad de conseguir el empoderamiento de la mujer. Ya han pasado 17 años desde que se estableció el término, en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Pekín, para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Ahora conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que está relacionado con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas. ¿Hemos avanzado en estos 17 años?

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  2. Otra siniestra noticia, nos deja helados en esta mañana soleada de domingo. El empoderamiento de las mujeres sólo puede hacerse efectivo desde el convencimiento, es una necesidad para pacificar nuestras sociedades. El patriarcado utiliza elementos bélicos para convencer. El mayor arma de las mujeres es la comunicación. Hace falta despertar conciencias. Tenemos que crear un monumento nacional a las víctimas de la violencia de género donde se hagan públicas las historias de violencia privadas. Ver www.pathernia.com, un monumento global.

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  3. Lo más terrible de esta siniestra estadística es que acabemos asumiéndola como algo irremediable. Que la sociedad considere que estas muertes son normales, un tributo que las mujeres hemos de pagar para ser aceptadas como ciudadanas. Hemos sustituido el tributo de las 100 doncellas por el de las 100 asesinadas por la violencia machista. Y nadie sea capaz de idear un nuevo tratado de igualdad.

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