viernes, 8 de marzo de 2013
Día de la mujer
Hoy es 8 de marzo, día de la mujer y no queremos celebrando brindando por el culto al cuerpo ni regalando lencería. Nuestro objetivo es dar visibilidad a a mujer, y recordar a aquella mujer que sufrió acoso en el trabajo y ven como son ellas quienes pierden su trabajo (o incluso como su agresor concede alcaldías en Ponferrada), recordando a aquellas niñas que se les priva de una educación en igualdad, las mujeres obligadas a prostituirse, las que se vuelven locas por conciliar horarios imposibles, las que ganan menos que u compañero o sufren un paro discriminatorio, las que hacen uso de las cuotas porque sólo así encuentran voz, las que fueron despedidas por quedarse embarazadas o se ven condenadas a trabajos precarios, las que se quedaron en casa para cuidar a sus hijos y las que pelearon en las trincheras, las que han sufrido abusos o han sido violadas y encima se las ha culpabilizado, las que no han tenido oportunidades, las que son obligadas a casarse o se les niega la sexualidad, las mujeres de carne y hueso que viven cada día buscando su lugar en el mundo. Felicidades a todas las mujeres, niñas, ancianas.... Seguiremos luchando por todas ellas, seguiremos luchando por nuestras hijas.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Falacias y mentiras sobre mujeres y mundo laboral (una nueva entrega)
Ayer El Economista se hacía eco de una noticia cuyo titular rezaba: "Las mujeres anteponen la flexibilidad laboral al salario". Si continuabas leyendo el estudio, se nos regalan lindezas como que "mientras las mujeres se inclinan por la flexibilidad laboral, los hombres pefieren el éxito laboral y un buen salario". Y añaden: "Las trabajadoras españolas lo tienen claro a la hora de seleccionar un empleo. Buscan y persiguen la flexibilidad por encima de todo. Y es que para muchas de ellas es realmente complejo compaginar su vida familiar con la laboral ya que, según el estudio, son muchas las que alegan "tener que hacer malabares para conseguirlo".
Pues muy bien. Si tenemos en cuenta que la autoría del estudio es de Accenture, una empresa cuyo mayor capital es el humano, 9.500 personas, y que busca “personal rentable” o “desafectivo”, con las menores cargas familiares y que ya tiene antecedentes de despedir mujeres con “jornada reducida”, cualquier responsable de Recursos Humanos que fuera a contratar a alguien para hacer el próximo estudio, pensaría -siguiendo el propio estudio- que mejor hacerlo a un hombre, más comprometido con su trabajo, su éxito y su salario. Falacias y demagogia, que siguen sin dar explicación de:
1) Por qué -más allá del mantenimiento de una sociedad patriarcal y machista- "su vida familiar" es la vida familiar de la mujer... ¿el hombre no tiene familia?.
2) Por qué las mujeres han de hacer malabares para compaginar no sé qué...(si ls cargas fueran repartidas los malabares serían de las personas, no de las mujeres).
3) Por qué se siguen utilizando eufemismos para evitar decir y señalar con el dedo, que nosotras somos las que han de encargarse de la familia, que según los que hacen el estudio es "su" (de las mujeres, osea "nuestra") responsabilidad...
Alguien debería de decir que sólo hacemos malabares porque llevamos la carga de todo, porque se entiende y se asume que es nuestra obligación, porque se desvincula al hombre de la responsabilidad familiar, porque parece que los hijos, e incluso las relaciones, pesan sobre nuestros hombros por legado divino (más divino que el de algún profeta que se inventó una historia donde por una manzana y un pecado sexual se nos condenaba por los siglos de los siglos a parir sufriendo y montar nuestra vida alrededor de lo parido).... y una cosa más... No es que prefiramos flexibilidad que salario... es que nuestros salarios son tan bajos que no nos da para contratar a alguien que se encargue del cuidado de la prole y de las labores domésticas... tal vez si nos pagaran lo que merecemos, el cuento sería de otra forma. Basta ya de condenar a la mujer, de inventar y de buscar excusas absurdas para mantener el cuento en el que la mamá y el ama de casa perfecta es elección y falta de ambición. Estamos cansadas y aburridas de este papel...
Pues muy bien. Si tenemos en cuenta que la autoría del estudio es de Accenture, una empresa cuyo mayor capital es el humano, 9.500 personas, y que busca “personal rentable” o “desafectivo”, con las menores cargas familiares y que ya tiene antecedentes de despedir mujeres con “jornada reducida”, cualquier responsable de Recursos Humanos que fuera a contratar a alguien para hacer el próximo estudio, pensaría -siguiendo el propio estudio- que mejor hacerlo a un hombre, más comprometido con su trabajo, su éxito y su salario. Falacias y demagogia, que siguen sin dar explicación de:
1) Por qué -más allá del mantenimiento de una sociedad patriarcal y machista- "su vida familiar" es la vida familiar de la mujer... ¿el hombre no tiene familia?.
2) Por qué las mujeres han de hacer malabares para compaginar no sé qué...(si ls cargas fueran repartidas los malabares serían de las personas, no de las mujeres).
3) Por qué se siguen utilizando eufemismos para evitar decir y señalar con el dedo, que nosotras somos las que han de encargarse de la familia, que según los que hacen el estudio es "su" (de las mujeres, osea "nuestra") responsabilidad...
Alguien debería de decir que sólo hacemos malabares porque llevamos la carga de todo, porque se entiende y se asume que es nuestra obligación, porque se desvincula al hombre de la responsabilidad familiar, porque parece que los hijos, e incluso las relaciones, pesan sobre nuestros hombros por legado divino (más divino que el de algún profeta que se inventó una historia donde por una manzana y un pecado sexual se nos condenaba por los siglos de los siglos a parir sufriendo y montar nuestra vida alrededor de lo parido).... y una cosa más... No es que prefiramos flexibilidad que salario... es que nuestros salarios son tan bajos que no nos da para contratar a alguien que se encargue del cuidado de la prole y de las labores domésticas... tal vez si nos pagaran lo que merecemos, el cuento sería de otra forma. Basta ya de condenar a la mujer, de inventar y de buscar excusas absurdas para mantener el cuento en el que la mamá y el ama de casa perfecta es elección y falta de ambición. Estamos cansadas y aburridas de este papel...
lunes, 4 de marzo de 2013
Sexismo de El País y la Revolución inconsciente: 36 años después... ¿dónde están las mujeres?
En 1977 Pilar
Yzaguirre Subdirectora de la condición Femenina (primer cargo para la
mujer en democracia) escribe sobre el sexismo en El Pais en el propio El
Pais.
Lo hemos encontrado revisando antiguos recortes de periódico y lo reproducimos a continuación, con la sensación de que hay cosas que no cambian, revoluciones que no llegan y mucho camino por hacer...
Es interesante hacer un poco de memoria y comprobar, con la foto, lo poco que se ha conseguido en la revolución del inconsciente que proponía la autora. ¿Dónde están las mujeres?
El 5 de marzo asistí, con otras trecientas personas, a la Junta General de Accionistas de EL PAÍS. Convencida de que en este diario se daba voz a todos los sectores y al comprobar que se ocupaba con alguna frecuencia de feminismo, no dudé en suscribir una acción en cuanto tuve ocasión de ello, como pequeño grano de arena aportado para que EL PAIS siguiera su marcha. Por eso, el sábado esperaba encontrar allí un ambiente distinto.
Mi ideal se derrumbó en cuanto, al entrar, me encontré con una mesa presidencial -ocupada por el consejo de administración- compuesta por veintiuna personas de variadas ideologías y variados rasgos: rubias, morenas, altas, bajas ... pero con una nota. en común: todas eran varones. Esa ausencia de mujeres me martilleó. «¿Pero también aquí»,me dije. «No, no es posible.» Esto parece un cónclave eclesiástico, un estado mayor militar, la Real Academia Española, el Consejo del Reino o el Gobierno español, que nos dan una imagen exclusivamente masculina.
Alarmadísima, me pregunté si sería yo la única mujer accionista; pero no allí estaban Beatriz Rodríguez Salmones, Mercedes Fórmica, Pilar Narvión, Begoña de Diego, Carmen Díez de Rivera y un buen puñado más.
Él segundo mazazo llegó en el momento de la votación para renovar el consejo. Se nos facilitó una lista de 63 nombres de personas para elegir a veintiuna, y el sesgo estadístico volvió a repetirse: las 63 eran personas de variadas ideologías, unas rubias, otras morenas, con ojos negros o con ojos azules, pero todas eran varones...
Mi primera protesta la dirigí a Ramón Tamames, miembro del consejo saliente, de quien pensé que, dada su ideología, estaría sensibilizado en el tema... Pero se me escurrió como una anguila, entre bromas y veras. Fui llevando entonces mi descontento de corro en corro a toda la que y todo el que quiso oírme. Máximo, el gran humorista, me reconoció que él mismo, al hacer un recuento retrospectivo de las figuras humanas que aparecían en sus chistes, observó que en ellos casi nunca estaba presente la mujer. Escandalizado, se había propuesto remediarlo en el futuro, porque se trataba de un hecho inconsciente.
En ruegos y preguntas, Mercedes Fórmica elevó su voz para denunciar el sexismo de las elecciones. El presidente, José Ortega Spottorno, aseguró que se había tratado de un hecho no voluntario, de un hecho inconsciente.
Días antes me habían llegado quejas indignadas sobre una crónica publicada en EL PAIS acerca de los distintos grupos feministas que habían participado en un ciclo organizado por la Asociación para la Promoción y Evolución Cultural, APEC. Era un reportaje mal hecho que, con la intención de informar de las características de cada grupo, ofrecía un rompecabezas inexacto. Al hablar de APEC se decía que propugnaba una revolución del inconsciente, algo que dicho así, de bote pronto y sacado de contexto, lo convertía en disparate.
¿Se entenderá ahora por qué el feminismo es un movimiento contracultural y por qué APEC propone entre sus objetivos la revolución del inconsciente? Lo que se rechaza es el marco masculino y patriarcal en que se mueve y está inmersa toda nuestra cultura.
Está tan enraizada en todas las mentes, no ya la preponderancia, sino el protagonismo exclusivo del varón y lo masculino, que este exclusivismo ya no es consciente, esto es, ya no responde a una premeditación, sino que se ha fijado en el subconsciente, allí donde se acumula el conjunto de tradiciones, costumbres y creencias del pasado. En este fenómeno juega un papel fundamental la estructura del lenguaje, que con su doble mecanismo género gramatical femenino = genero específico y género gramatical masculino =género extensivo, provoca una configuración mental en los hablantes que identifica lo masculino con lo total, el varón con la persona, en tanto que trata a la mujer como grupo específico aparte.
En el pasado, cuando la mujer estaba marginada y condenada a no ejercer más funciones que las derivadas de la reproducción, las de ama de casa, o las agrícolas, eso tenía pleno sentido. Pero ahora, cuando la mujer está conquistando con sus brazos y su inteligencia todos los terrenos, resulta cada día más intolerable esta asimetría, esta perenne consideración como ciudadano de segunda, este olvido «involuntario» que a diario se comete con la mujer.
EL PAIS se proclama liberal, independiente y democrático. Pero no hay democracia donde no concurren todos los sectores de la población, donde no se tiene presente el elemento más marginado de la historia de la Humanidad. Claro que el sexismo de EL PAIS no es más que el sexismo del país y hasta del mundo todo. Hay que hacer una revolución del inconsciente.
Lo hemos encontrado revisando antiguos recortes de periódico y lo reproducimos a continuación, con la sensación de que hay cosas que no cambian, revoluciones que no llegan y mucho camino por hacer...
Es interesante hacer un poco de memoria y comprobar, con la foto, lo poco que se ha conseguido en la revolución del inconsciente que proponía la autora. ¿Dónde están las mujeres?
El sexismo de EL PAIS y el sexismo del país,
El 5 de marzo asistí, con otras trecientas personas, a la Junta General de Accionistas de EL PAÍS. Convencida de que en este diario se daba voz a todos los sectores y al comprobar que se ocupaba con alguna frecuencia de feminismo, no dudé en suscribir una acción en cuanto tuve ocasión de ello, como pequeño grano de arena aportado para que EL PAIS siguiera su marcha. Por eso, el sábado esperaba encontrar allí un ambiente distinto.
Mi ideal se derrumbó en cuanto, al entrar, me encontré con una mesa presidencial -ocupada por el consejo de administración- compuesta por veintiuna personas de variadas ideologías y variados rasgos: rubias, morenas, altas, bajas ... pero con una nota. en común: todas eran varones. Esa ausencia de mujeres me martilleó. «¿Pero también aquí»,me dije. «No, no es posible.» Esto parece un cónclave eclesiástico, un estado mayor militar, la Real Academia Española, el Consejo del Reino o el Gobierno español, que nos dan una imagen exclusivamente masculina.
Alarmadísima, me pregunté si sería yo la única mujer accionista; pero no allí estaban Beatriz Rodríguez Salmones, Mercedes Fórmica, Pilar Narvión, Begoña de Diego, Carmen Díez de Rivera y un buen puñado más.
Él segundo mazazo llegó en el momento de la votación para renovar el consejo. Se nos facilitó una lista de 63 nombres de personas para elegir a veintiuna, y el sesgo estadístico volvió a repetirse: las 63 eran personas de variadas ideologías, unas rubias, otras morenas, con ojos negros o con ojos azules, pero todas eran varones...
Mi primera protesta la dirigí a Ramón Tamames, miembro del consejo saliente, de quien pensé que, dada su ideología, estaría sensibilizado en el tema... Pero se me escurrió como una anguila, entre bromas y veras. Fui llevando entonces mi descontento de corro en corro a toda la que y todo el que quiso oírme. Máximo, el gran humorista, me reconoció que él mismo, al hacer un recuento retrospectivo de las figuras humanas que aparecían en sus chistes, observó que en ellos casi nunca estaba presente la mujer. Escandalizado, se había propuesto remediarlo en el futuro, porque se trataba de un hecho inconsciente.
En ruegos y preguntas, Mercedes Fórmica elevó su voz para denunciar el sexismo de las elecciones. El presidente, José Ortega Spottorno, aseguró que se había tratado de un hecho no voluntario, de un hecho inconsciente.
Días antes me habían llegado quejas indignadas sobre una crónica publicada en EL PAIS acerca de los distintos grupos feministas que habían participado en un ciclo organizado por la Asociación para la Promoción y Evolución Cultural, APEC. Era un reportaje mal hecho que, con la intención de informar de las características de cada grupo, ofrecía un rompecabezas inexacto. Al hablar de APEC se decía que propugnaba una revolución del inconsciente, algo que dicho así, de bote pronto y sacado de contexto, lo convertía en disparate.
¿Se entenderá ahora por qué el feminismo es un movimiento contracultural y por qué APEC propone entre sus objetivos la revolución del inconsciente? Lo que se rechaza es el marco masculino y patriarcal en que se mueve y está inmersa toda nuestra cultura.
Está tan enraizada en todas las mentes, no ya la preponderancia, sino el protagonismo exclusivo del varón y lo masculino, que este exclusivismo ya no es consciente, esto es, ya no responde a una premeditación, sino que se ha fijado en el subconsciente, allí donde se acumula el conjunto de tradiciones, costumbres y creencias del pasado. En este fenómeno juega un papel fundamental la estructura del lenguaje, que con su doble mecanismo género gramatical femenino = genero específico y género gramatical masculino =género extensivo, provoca una configuración mental en los hablantes que identifica lo masculino con lo total, el varón con la persona, en tanto que trata a la mujer como grupo específico aparte.
En el pasado, cuando la mujer estaba marginada y condenada a no ejercer más funciones que las derivadas de la reproducción, las de ama de casa, o las agrícolas, eso tenía pleno sentido. Pero ahora, cuando la mujer está conquistando con sus brazos y su inteligencia todos los terrenos, resulta cada día más intolerable esta asimetría, esta perenne consideración como ciudadano de segunda, este olvido «involuntario» que a diario se comete con la mujer.
EL PAIS se proclama liberal, independiente y democrático. Pero no hay democracia donde no concurren todos los sectores de la población, donde no se tiene presente el elemento más marginado de la historia de la Humanidad. Claro que el sexismo de EL PAIS no es más que el sexismo del país y hasta del mundo todo. Hay que hacer una revolución del inconsciente.
El pecado de ser mujer, por los siglos de los siglos, Amén...
El Papa Benedicto XVI ha abandonado su puesto. Es época de cambios en la Iglesia Católica y una oportunidad fantástica para hacer memoria de cómo desde la Iglesia se castiga a la mujer por el hecho de serlo. La Iglesia ha ejercido y ejerce una violencia institucional sin parangón hacia las mujeres desde los siglos, de los siglos, Amén... y parece que es algo tan asumido, que pasa inadvertido a los ojos de las y los cristianas y cristianos y del resto de indiduos. Solemos criticar a "otras religiones" y "otras culturas" por la falta de derechos que ejercen hacia las mujeres y el mantenimiento de prácticas consetudinarias que vulneran y atacan a las mujeres desde la discriminación. Pero la religión católica, papado a la cabeza, no está al margen... Independientemente de la negación de la capacidad de la mujer a decidir, la negación y condena del aborto, la planificación sexual (...) y la comedura de tarro que nos hace creer que todo lo que me implica gozo es pecado, son múltiples los ejercicios de humillación hacia las mujeres con los que nos bendice día a día el catolicismo y su estructura.
Afortunadamente hay gente dispuesta a elevar la voz. La semana pasada, pudimos leer en El País un artículo de Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, que decía así:
"Durante estos años ha humillado a las mujeres –mayoría en la
Iglesia católica-, a quienes ha seguido negando la voz y el voto, les ha
cerrado las puertas de acceso al sacerdocio, les ha negado los derechos
sexuales y reproductivos, les ha impedido asumir puestos de
responsabilidad, les ha impuesto una moral sexual represiva, no les ha
permitido entrar en el ámbito de lo sagrado, las ha declarado en
rebeldía y amonestado severamente –como en el caso de las Religiosas
Norteamericanas- por seguir la voz de la conciencia y comprometerse con
los empobrecidos.
Las mujeres han sido utilizadas, en fin, como sirvientas. Así seguirá
tratándolas en su retiro el papa emérito Benedicto XVI, que tendrá a
cuatro religiosas a su entera disposición. ¡Final patriarcal para el
papa y humillante para las mujeres!".Basta ya de violencia gratuita en nombre de Dios, o de quien sea.
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