miércoles, 27 de febrero de 2013

Encuentro COMPI (y II): NUEVOS RETOS PARA LA IGUALDAD


A pesar de la crisis, o precisamente por ella, existen razones de peso para detenernos a reflexionar sobre los nuevos retos que se abren tanto a nivel nacional como internacional en materia de igualdad. Por ello, si el anterior post lo dedicamos a resumir la postura institucional presentada en el acto de COMPI, hoy merece la pena que abramos un espacio propio a los problemas y propuestas de solución presentadas por las organizaciones independientes, siempre más pegadas a la realidad de las mujeres de hoy.
En primer lugar, y para abrir boca, queremos quedarnos con la idea de Maria José Cuaresma respecto de a quién pertenece realmente “la mano invisible” en nuestras sociedades, que no es la de los mercados desregulados, sino la que sirve para adentrarnos en el concepto de corresponsablidad: esa mano invisible de las mujeres con la que siempre se cuenta para arreglarlo todo a base de abnegación y trabajo constante, gratuito y casi siempre olvidado.  No podemos aspirar a igualar las condiciones en el trabajo entre mujeres y hombres si la corresponsabilidad en el hogar no existe y si no existen tampoco verdaderas políticas de conciliación, para las que resultan ineludibles: una auténtica red de servicios públicos; el reconocimiento y visibilización del trabajo de cuidados; la recuperación y el desarrollo de la ley de dependencia, la equiparación en derechos y valorización del trabajo de los y las empleadas de hogar, informes evaluativos de impacto de género en las políticas públicas. Hace falta, sobre todo,  “otra mirada” otra forma de hacer economía (una economía más femenina)  y abordar las causas estructurales de la desigualdad.
Esperanza Aguilar, puso por su parte esa mirada crítica en las ciencias de la salud,  androcéntricas y orientadas a la medicalización de las mujeres. Su Asociación propone también una visión de la salud que sea integral y que no “trocee” los cuerpos. Reclama más información y comunicación sobre los temas de salud que atañen a las mujeres, y que seamos nosotras quienes nos hagamos más partícipes de nuestra propia salud y no dejemos que los “expertos” nos traten de modo condescendiente, como menores.
Consuelo Abril habló de la violencia de género y del rearme del patriarcado durante los últimos años, que se ha venido produciendo fundamentalmente a través de tres discursos sucesivos: en primer lugar, el de las denuncias falsas, un mito desmentido por estudios como el realizado por el CGPJ, que muestra tan solo un 0,014 por ciento de denuncias falsas en 4 años de Ley en vigor. A este discurso ya desmontado, le siguió el del Síndrome de Alienación Parental (SAP), un síndrome ficticio que no avala ningún estudio con cierto rigor, ni nacional ni internacionalmente. Y ahora el discurso más actual, que es el de la guardia y custodia compartida, y bajo el que parecen moverse intereses muy similares a los anteriores.
A estas alturas podemos afirmar que la ley de violencia de género es válida. Si el año pasado se proponía un pacto de estado en materia de igualdad y violencia de género, ahora se cree importante ir más allá, es necesario crear alianzas con la comunidad internacional, unirse a actos y movimientos mundiales, y luchar –siempre desde parámetros pacíficos- cuando haya que luchar. Además es necesario ampliar el concepto de violencia de género, que actualmente opera no sólo como violencia física sino también económica.
Al final hubo diversas intervenciones que  tocaron temas también muy oportunos como el de la segregación por sexos  ¿Cómo podemos estar hablando de un plan de igualdad de oportunidades sin hacer referencia a la educación y financiando la segregación en las escuelas? Es muy importante insistir en esta cuestión: no podemos estar gastando recursos y esfuerzos en igualdad que después una educación desigual puede acabar tirando por la borda.
También se recordó otro modo de violencia de género como es la violencia sexual en mujeres y niñas, que no implica la muerte pero puede dejar secuelas de por vida. Y sobre la mujer en el medio rural (Ley de Titularidad compartida) y sobre mujer y cooperación al desarrollo: las compañeras de otros países ya están padeciendo los recortes, tanto a nivel económico como de derechos.  
También se echó en falta en el acto el necesario enfoque intercultural en materia de género en el nuevo proyecto de ley de igualdad. La omisión de este y otros aspectos de la igualdad es probablemente el fruto de haber hecho este proyecto a espaldas de la sociedad y de las organizaciones.
La representante de COMPI abogó por dar cabida a las organizaciones a la hora de concretar la ley, y que se recojan las propuestas que se realizaron en esta Jornada. Las representantes del gobierno han hablado de las directrices de la Estrategia Europea cuando el plan debería regirse por las de la Plataforma de Acción de Beijing, la cual  profundiza más en los diferentes aspectos de la igualdad. En esta línea es importante evitar recortes con consecuencias como el reciente cierre de ONU mujeres Además de aislarnos, España pone dinero en este proyecto, por lo que no deberíamos perder la ocasión de contar con una oficina en territorio nacional.
En definitiva, podríamos resumir diciendo que hay muchísimo por hacer y muchas ganas por parte de las organizaciones de hacerlo y de hacerlo bien. No sólo somos necesarias en nuestro país: nuestras hermanas nos requieren y esperan más allá de nuestras fronteras geográficas o ideológicas, culturales o estructurales. Salgamos de nuestros pequeños mundos, pues, para encontrarnos con ellas.


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