viernes, 30 de diciembre de 2011

La maternidad ¿Un asunto exclusivamente de mujeres?


Soraya Sáez de Santamaría, portavoz del Partido Popular en el congreso de los diputados ha sido madre recientemente. Cuando se produjo el relevo político, tras las elecciones del 20N, en las que el PP obtuvo la mayoría absoluta, ella tomó la decisión de asumir la negociación para el traspaso de poderes. Había pasado una semana después de haber dado a luz a su hijo.

La polémica saltó inmediatamente, y todos los tertulianos del país tuvieron algo que opinar sobre el tema.
Por un lado, es cierto que la sociedad española necesita “modelos” y que la renuncia a los permisos por maternidad por parte de una persona relevante como Sáez de Santamaría refuerza a todos aquellos contratadores y empresarios contrarios a estos permisos, que erróneamente los plantean como una pérdida económica para sus empresas, cuando precisamente la legislación que se ha desarrollado a lo largo de los años prevé que los permisos maternales tengan coste cero para el empresariado español.

Otro tanto cabe decir del despido por embarazo, del que frecuentemente tenemos noticias por los medios de comunicación. Se sigue despidiendo a mujeres embarazadas a pesar de que se trate de un delito contemplado en varias de nuestras leyes.

Dicho todo lo anterior, tenemos que ser conscientes de que estos derechos son reivindicaciones para la mayoría de las mujeres y que su incumplimiento es muy grave, pero puede entrar en contradicción en muchas ocasiones y, en este caso en concreto, con otra de las grandes reivindicaciones de las mujeres que es lograr el poder.

Todas las demandas de permisos por paternidad vienen en apoyo de la conciliación de la vida laboral y familiar paliando esa posible contradicción entre ser madre y asumir un papel profesional del que puede haber solo una oportunidad en la vida de una persona. En este caso se produce la coyuntura concreta del traspaso de poderes entre un gobierno y el siguiente y se hace necesario priorizar entre el papel profesional o el maternal.

Actualmente, la gran reivindicación es precisamente la conciliación de la vida laboral y familiar que supone un avance en relación con la reivindicación de los derechos de permisos por maternidad. La reivindicación presente trata más del intercambio de roles; el problema es que se solapa con un derecho no conseguido completamente como son los permisos maternales e incluso los despidos ante el embarazo.

Si el derecho a los permisos, tanto maternales como paternales, estuviese implantado sin duda alguna, no habría lugar a la discusión porque sería el derecho de las mujeres a tomar decisiones como adultas y en igualdad de condiciones que sus compañeros varones. Pero al estar en precario el derecho elemental del permiso maternal cabe pensar en los modelos, los ejemplos que se transmiten desde los lugares públicos a la ciudadanía.

Tratándose de mujeres profesionales, como es el caso de la actual vicepresidenta del Gobierno, además del padre de la criatura, que también tiene que asumir la igualdad,  suele haber otro tipo de ayudas en el cuidado de los pequeños, así lo que para algunas mujeres es un problema para otras ha dejado de serlo.

Pero sobre todo las mujeres son adultas con capacidad de decisión y no se les debe culpabilizar por adoptar una u otra. Ni se les puede obligar a renunciar a uno u otro de los roles, ni materno ni profesional. Se diría que parte de las críticas a la temprana incorporación al trabajo después de la maternidad hacia Soraya Sáez de Santamaría parecen tener otro fundamento, que es el ideológico.

Si molesta su ideología critíquesela por ella y por su comportamiento político que en definitiva es su rol público y dejemos de criticar las decisiones privadas relativas a cómo ejercer su maternidad que seguramente no será de abandono del bebé.

En esta, como en otras ocasiones, cuando se culpabiliza a las mujeres en su papel de reproductoras en realidad se está distrayendo de la implicación del resto de la sociedad en este transcendente asunto.

lunes, 19 de diciembre de 2011

La situación de la mujer ¿alguien piensa que es natural?


Esta claro que la mujer, en general, sigue una pauta de comportamientos diferente al de sus compañeros de vida. Es como si tuviera facilidad para renunciar a sus propios intereses o, dicho de otro modo, sus intereses en muchos casos beneficiaran más a los que tiene alrededor que a ellas mismas.

Ya en 1963 Betty Friedan escribía “existe una extraña discrepancia entre la realidad de nuestras vidas como mujeres y la imagen a la que intentábamos ajustarnos, la imagen que denominé la “mística de la feminidad” […]. La mística femenina no es más que una forma de la sociedad de embaucar a las mujeres, vendiéndoles una serie de bienes que las dejan vacías, padeciendo “del problema que no tiene nombre” y buscando una solución en los tranquilizantes y el psicoanálisis. Una mujer debe poder decir, y no sentirse culpable al hacerlo, “¿Quién soy? y ¿Qué quiero hacer en mi vida?” No se debe sentir como una persona egoísta y neurótica si quiere alcanzar metas propias, que no estén relacionadas con su esposo e hijos”.

“A la mujer se la enseñó a compadecer a aquellas mujeres neuróticas, desgraciadas y carentes de feminidad que pretendían ser poetas, médicos o políticos. Aprendió que las mujeres verdaderamente femeninas no aspiran a seguir una carrera, a recibir una educación superior, a obtener los derechos políticos, la independencia y las oportunidades por las que habían luchado las antiguas sufragistas. […] Miles de voces autorizadas aplaudían su feminidad, su compostura, su nueva madurez. Todo lo que tenían que hacer era dedicarse desde su más temprana edad a encontrar marido y a tener y criar hijos”.

Bourdieu nos dice que las realidades sociales son en realidad ficciones sociales sin más fundamento que la construcción social, existen en tanto que son reconocidas colectivamente en virtud de un principio de visión y de división común que tienen en mente todos los que han tenido la misma socialización. Por esta razón, este principio de construcción es una estructura mental individual a la vez que colectiva y constituye una ley tacita de la percepción y de la práctica, que sirve de base al consenso sobre el sentido del mundo social, la base del sentido común y colabora a la construcción de la realidad que evoca. Para Bourdieu la mayoría de los actos humanos tienen como principio disposiciones adquiridas, que hacen que la acción tenga que ser interpretada como orientada hacia un fin concreto. Bien pudiera ser que las mujeres hayan alcanzado un espíritu estructurado conforme a las estructuras de un determinado juego social, en el que todo parece evidente dado que existe una relación de complicidad entre las estructuras mentales y las estructuras objetivas del espacio social.

Por otra parte, no hay sociedad que no tribute homenaje a aquellos que rechazan la ley del intercambio egoísta. La inmensa mayoría de las sociedades, de todos los tiempos, han valorado el desinterés de la gente, la capacidad de renuncia en favor de los demás, lo que no ha sido obstáculo para que, en casi todas ellas, los puestos destacados del poder social hayan estado ocupados por sujetos que no se han distinguido precisamente por ese carácter altruista, sino todo lo contrario.

Sobre esta base, se trata de encontrar una explicación al comportamiento de muchas mujeres que renuncian a su propio interés en beneficio de los demás, al tiempo que los hombres, en general, mantienen un pundonor que les prohíbe tratar el cuidado y la intendencia familiar como cosa propia, asumiendo que son temas que quedan para las mujeres. Los hombres a menudo se las arreglan para hacer que las mujeres hagan lo que ellos no pueden hacer sin rebajarse.

De esta forma se nos presenta un rompecabezas con las siguientes piezas:
1.- Una estructura social en la que cada vez hace menos falta la mano de obra y que se ceba con las mujeres, el paro aumenta más entre las mujeres (entre otras cosas porque ellas mismas no se ven, en general, como mantenedor principal de la familia) y son ellas las que ocupan la mayor parte de los trabajos a tiempo parcial.
2.-La socialización de las mujeres que las prepara en muchos casos para la sumisión y la renuncia. Se vuelve a revitalizar el modelo de esposa y madre, femenina y amantísima, se rescatan los valores femeninos de “complacer al novio”  y se anima a la mujer para que vea como ajena la realidad exterior a su mundo doméstico, a lo que hay mas allá de “los suyos” y sus cosas (su presencia, su casa, sus habilidades sociales, tener conversación...)
3.- Unos medios de comunicación, que como en una representación de la “Teoría del Sock” de Naomi Klein, atemorizan a la población con “ lo mal que está el mundo”, las grandes corrupciones, el poco control, la mala situación económica, etc., de forma que se acepte cualquier cosa que les salve del desastre, y plantean como única solución la austeridad, la renuncia a unos beneficios del Estado del Bienestar con los que la mujer contaba para poder liberarse del cuidado de los suyos.
4.-La aportación de la patronal que, para los casos en que sea necesario el aporte económico de las mujeres, dada la miseria en que se van quedando los sueldos de la clase media, hace el favor de preparar para ellas puestos de trabajo “ajustaditos” a sus necesidades, esto es, para que puedan seguir atendiendo las necesidades de los que tiene a su cargo (la mujer está tan desposeída que por no tener, no tiene ni necesidades propias, ya tiene bastante con las de los que tiene que cuidar).
A la vista del rompecabezas completo ¿se trata de una pesadilla o de un bosquejo de nuestra realidad?, ¿nos prestamos las mujeres voluntariamente a mantener o, en general, a colaborar de alguna forma con situaciones que perpetúan la diferencia de condiciones económicas y sociales en la vida de hombres y mujeres? ¿aceptamos voluntariamente perpetuar nuestra especialización en la vida privada, algunas incluso de forma exclusiva?.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Ochenta años después

Hoy hace 80 años que las mujeres españolas ganamos el derecho a votar. Un derecho que debemos al tesón, el compromiso y la inteligencia de una mujer que supo luchar contra corriente: Clara Campoamor.

A ella y a todas las feministas que nos han precedido rendimos homenaje hoy.

martes, 6 de diciembre de 2011

Paridad: capacitación y talento frente a cuotas de presencia

Según un estudio sobre la Participación de la Mujer en las Organizaciones, llevado a cabo por Cesma Escuela de Negocios en colaboración con la Madrid Woman’s Week, el 59% de los encuestados señaló estar en contra de las cuotas de presencia femenina en los puestos de alta dirección, incluso dentro de este mismo grupo, el 76% considera que los criterios para la selección del personal deberían ser los de capacitación y el talento, independientemente de que sea hombre o mujer.

Evidentemente, los encuestados ignoran que el número de mujeres licenciadas, masters y doctoradas en España alcanza ya un 60%, mujeres que además de trabajar  en empresas como directivas y ejecutivas, ocupan altos cargos en la Administración Pública, donde cuando la promoción interna es a través de un  examen no es necesario demostrar capacitación ni talento extraordinarios. Tampoco podemos olvidarnos de las mujeres empresarias, quienes trabajan duramente en sectores como Comercio y Hostelería, con resultados demostrables. Afortunadamente no todos los hombres opinan igual, ya que según este mismo estudio, el 41% apoya el sistema de cuotas como un reflejo de la sociedad donde si existe la paridad  entre sexos. Ellos son conscientes de que las mujeres representan más del 50 % de los habitantes de la Tierra y que son muy pocas todavía las que ocupan puestos de decisión en los gobiernos y en las  empresas. 

Los 700 encuestados, por lo general opinan que las mujeres están perfectamente preparadas para asumir las responsabilidades de un puesto de dirección, aunque curiosamente sólo el 13% reconoce que sea el de Dirección General, ya que la gran mayoría sigue pensando que son las áreas de  recursos humanos, marketing, comunicación, publicidad y eventos y el departamento financiero y administrativo las consideradas más valiosas para la incorporación de una mujer directiva. Estas consideraciones se ratifican en la respuesta sobre los valores que las mujeres aportan a la Dirección como son  la organización a nivel general, su creatividad, la calidad en los sistemas de organización y que su presencia favorece la comunicación interna.

Esos valores tan alabados por los encuestados están asociados a las funciones tradicionales del ama de casa: organización del hogar, decoración, administración,  orden y mantenimiento de las relaciones familiares. Por otro lado y sospechosamente, las áreas consideradas más valiosas para la incorporación de la mujer directiva, son las que sufren más recortes de personal y presupuestario en momentos de crisis económica como el actual, quizás por eso también la tasa de actividad femenina es del 52,9% mientras que la masculina es del 67,4% y las tasas de paro femenino siguen bajando.

La Escuela de Negocios que ha realizado el estudio, apunta que para facilitar la incorporación de la mujer a los puestos directivos en igualdad de condiciones que el hombre hay que potenciar programas de formación especializadas y el networkin. No podemos obviar, su claro posicionamiento a favor de ese 59% de encuestados que argumenta estar en contra de imponer unas cuotas de presencia femenina en cargos directivos, los mismos que argumentan que la selección debe de ser por capacitación y talento. En este sentido, es lícito preguntarse ¿en qué se han diferenciado hasta ahora los programas de formación continua en las empresas para que tengan que desarrollar uno específico para mujeres las escuelas de negocio?

Sobre el networking, también es lícito preguntarse si no tendrá algo que ver la falta de conciliación entre familia y trabajo para que las mujeres no puedan desarrollar relaciones entre pares, dado que como hemos leído, el estudio confirma que las mujeres tienen más capacidad de comunicación y por tanto de relacionarse, y que por ello su destino prioritario en las empresas son los departamentos de recursos humanos y marketing. No se trata de formar en estas habilidades sino de una educación en corresponsabilidad e implementar planes de igualdad en las empresas adaptados a cada situación.

Por último, cabe añadir que las empresas españolas adolecen de miopía, ya que son las mujeres quienes deciden el 80 % de los productos que se venden en todo el mercado incluidos los bienes de equipo, según la mayoría de estudios de mercado. Ellas deciden la compra o el alquiler de las casas. Directa o indirectamente deciden sobre la compra de los coches. Sus decisiones se basan en la funcionalidad y en la relación precio-calidad. Puede que se las tache de dar muchas vueltas pero al final saben lo que quieren y cómo lo quieren. Los hombres no pueden ignorar su experiencia acumulada de años en el consumo de productos para cubrir las necesidades básicas de la familia: alimentación, ropa, cuidados, limpieza, vacaciones etc. En muchos casos gestionar un presupuesto ajustado, les conduce a buscar lo práctico y simple. Por tanto, merece que su opinión sea tenida en cuenta no solo en la comunicación y el marketing sino también en los departamentos de producción, diseño, ventas... ¿Cómo es posible que todavía digan que es un problema de talento?

Por tanto, no es tan descabellado pensar que la paridad en los Consejos de Administración va ligada a tener una mayor representación de la base de clientes de las empresas lo que sin duda será una clara diferencia competitiva.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Contra la violencia machista: Igualdad



Un año más, el 25 de noviembre se ha conmemorado el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. 

Un año más y la violencia sigue. Siguen muriendo mujeres a manos de sus parejas, en un baile de cifras macabro que tiene sus orígenes enraizados en las mentalidades. Este fenómeno está muy bien explicado por Bordieu, por Lorente, por Echeburua, por Bonino, hombres todos ellos que han entendido el problema y por muchas, muchísimas mujeres que llevan años estudiando esta barbarie. Es un fenómeno minoritario, los asesinos son pocos hombres pero ahí están.

La violencia no cesa. Soledad Murillo reclama en las redes sociales que no hablemos de educación, que hablemos de igualdad, solamente de igualdad. Está clara la propuesta aun siendo tan importante la educación, algo en lo que la mayoría de las personas y expertos coincidimos, el centralizar la solución de la violencia de género en la educación desvía la atención del auténtico origen del problema y da coartadas a los que matan.
Dos de las últimas víctimas son jóvenes -17 y 19 años, muy jóvenes- es imposible que hayan generado tanto odio en sus asesinos. Prácticamente un tercio de las mujeres asesinadas al igual que las que denuncian son menores de 30 años.

Y volvemos a fijar la atención en la cabeza de los asesinos. Podríamos pensar con Dianne Russel que esta minoría de individuos son exterminadores de mujeres solo por el hecho de serlo. Como consecuencia estaríamos hablando de crímenes de odio, como el holocausto o las limpiezas étnicas.

Mujeres de negro denuncian que en Buenaventura Colombia se produce un sangriento feminicidio.

En estas sociedades tan arcaicas la violencia se lleva por delante no solo mujeres también hombres, pero solo una vez superada la violencia general emerge la información sobre la violencia contra las mujeres. Es el caso de Medellín también en Colombia, ciudad violenta reconocida mundialmente como tal, a la que Fajardo su alcalde dotó de bibliotecas públicas y Clubs de lecturas consiguiendo una rebaja de la violencia general. Ahora se conoce el número de mujeres muertas y maltratadas por violencia de género.    

La violencia no cesa, llámese como se llame. “Feminicidio” como asesinatos de odio por ser mujeres; “violencia de género” como se consensuó en España para la Ley; “terrorismo doméstico” como la llaman muchas personas expertas; “violencia contra las mujeres” como propuso Naciones Unidas en 1993, todas estas denominaciones sirven para hablar de lo mismo. Es un fenómeno antiguo y universal,  que  sólo ahora se empieza a denominar. La educación sirve para enseñar que todos los seres humanos son iguales en derechos y oportunidades pero efectivamente hay muchos asesinos de mujeres educados y maltratadores muy educados, así que sigamos educando pero trabajemos por imponer la igualdad sobre todas los cosas.

La igualdad no es sino el pleno reconocimiento de los derechos de ciudadanía.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Brechas de desigualdad


La independencia económica de las mujeres condiciona de manera importante sus decisiones y la forma de posicionarse en su medio social. Es fácil constatar que la situación de las mujeres hoy en España es muy diferente de la que tuvieron nuestras abuelas, que posiblemente no pudieron trabajar ni abrirse una cuenta bancaria sin permiso de su marido o de su padre, pero la mujer que hoy trabaja fuera de casa, en general, tiene interiorizado que la sociedad espera de ella que controle “su casa”, como su función básica y fundamental antes de concentrarse en su trabajo remunerado.

Ya en los años 90 algunos estudios señalaban que “A pesar del creciente apoyo público al derecho de la mujer a participar en el mercado de trabajo, la evidencia abrumadora del ISSP(1) confirma que sigue siendo fuerte la convicción de que las responsabilidades familiares de la mujer, particularmente el cuidado de los hijos menores, es lo primero” (Scott et al., citado por Hakim) (2).

Quizá sea por eso, porque la sociedad se lo pide y la mujer lo asume, el que se vea normal, en general, que si en una pareja uno de los dos ha de dejar el trabajo remunerado para el cuidado de la familia lo haga la mujer, e incluso se llega a consentir socialmente que a igual trabajo remunerado que su marido, la mujer gane menos.

Desde los años del estudio en España ha tenido lugar un proceso masivo de incorporación de la mujer al mercado laboral y actualmente se está viendo afectado por la actual crisis financiera.

Según la Encuesta de Población activa del tercer  trimestre de 2011, realizada por el INE:La tasa de paro se incrementa en algo más de seis décimas, siendo ahora del 21,52%. Por su parte, la tasa de actividad permanece por encima del 60%.
Por sexo, tanto la bajada de la ocupación como el aumento del paro es más acusado en las mujeres que en los varones”.

Por otra parte, según el Informe Mundial sobre salarios2010-2011, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que recoge las políticas de salarios en estos tiempos de crisis, existe una tendencia mundial hacia un aumento del empleo de bajos salarios de incidencia variada entre países. Y existe una excesiva concentración de mujeres en empleos de bajos salarios en lo que parece ser una característica universal de los mercados laborales, a pesar de que por lo general tienen una tasa de participación menor.

La brecha salarial de Género se estima en aproximadamente un 15% en todo el mundo, aunque con variaciones entre países. Las diferencias salariales de género, además de condicionar las carreras profesionales, afectan no sólo al salario fijo sino también a las retribuciones variables e inciden de manera directa en las prestaciones sociales. Las mujeres perciben una prestación media por desempleo de 3.044 euros anuales, lo que representa un 12,7% menos que los 3.488 euros que ingresan de media, los hombres, según las estimaciones realizadas por los Técnicos de Hacienda (GHESTA) a partir de los datos de IRPF correspondientes a 2008.

La Unión Europea calculó en 2008 que las mujeres tenían quetrabajar hasta el 22 de febrero si querían igualar el salario de un hombre en el año anterior.

Esta brecha salarial en España es de las más altas de la UE y ello a pesar de que el artículo 14 de la Constitución Española prohíbe expresamente, entre otras, la discriminación por razón de sexo, expresando que si una mujer desempeña un trabajo de la misma naturaleza, que exige las mismas condiciones de prestación que el de un hombre, aunque el trabajo sea diferente, deberá recibir el mismo salario y las mismas prestaciones, a no ser que la diferencia se explique por motivos no discriminatorios.

En España, el Ministerio de Igualdad (ahora transformado en Secretaría de Estado) ha publicado recientemente un detallado informe titulado Brecha Salarial: Realidades y Desafíos.  El informe fija la brecha salarial en España en un 17,6% (17,4% de media en la UE).  Con los datos de la Encuesta de Estructura Salarial de 2006, el informe analiza las desigualdades salariales desde todos los ángulos posibles: tipo de contrato, tamaño de empresa, titularidad, tipo de puesto, nivel educativo, tipo de jornada… Entre otras cosas, los datos muestran que la diferencia salarial es mayor en los puestos más altos, en las empresas más grandes y con mayor antigüedad.  Y es que el salario de los hombres crece de media hasta los 45 años, mientras el de las mujeres sólo lo hace hasta los 30-32 (según la investigación de González y Mir en 2002 citada en el informe).(6)

La ley 3/2007 para la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres y el papel de los Planes de Igualdad son el mejor instrumento para conseguir buenas condiciones laborales y para eliminar brechas y trabas ante el desarrollo de las vidas profesionales y personales de las mujeres.

Habrá que observar que pasa con ella después de las elecciones del 20 de Noviembre.

(1) El ISSP es un programa permanente anual de colaboración transnacional en las encuestas que cubren temas importantes para la investigación en ciencias sociales, coordina la investigación social añadiendo una perspectiva intercultural y transnacional de los estudios nacionales.

(2)Hakim, C., Modelos de familia en las sociedades modernas., Madrid, CIS-Siglo XXI, 2005. Pág 5
 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Votar por la igualdad real


Oliva Acosta, Directora del documental de las 27 constituyentes, teme que, en 2011 vaya a ocurrir lo mismo que ocurrió durante el Franquismo con los derechos conseguidos por y para las mujeres durante la Segunda República. "Ahora hemos conseguido una serie de cosas muy importantes las mujeres, y puede ser que la dictadura de los mercados se lleve por delante muchas de estas cosas".

Con estas frases contundentes, compartidas por muchas mujeres, nos enfrentamos ante los próximos comicios electorales, que las encuestas publicadas por distintos auguran un triunfo de las políticas conservadoras para los cuatro años venideros. Años que van a ser más difíciles para las mujeres, la mitad de la población española.

Una somera reflexión sobre las propuestas de los distintos partidos políticos en materia de igualdad de género nos induce a pensar que la igualdad entre mujeres y hombres la sitúan en un apartado independiente y, en algunos casos, como si no tuviera que ver con el resto de las políticas propuestas. No han asumido claramente el concepto de transversalidad de género, consensuado en la Unión Europea. Las políticas no son neutras, no están equilibradas, y benefician o promocionan más a unos que a otras.

En economía, especialmente la macro, las propuestas no cuentan con un análisis (evaluación) de impacto de género. La crisis generada por los mercados, ámbitos bastante inaccesibles para la ciudadanía, termina haciendo estragos en la ciudadanía a través de los problemas que genera en aspectos como el empleo, el crédito (hipotecas), los servicios sociales de proximidad (guarderías, centros de atención a personas dependientes, centros deportivos y de ocio) los servicios de salud, etc. Todo lo social se recorta o suprime en aras de rebajar la deuda, generada por otras instancias en su inmensa mayoría. Lo social, todavía hoy, afecta más a la igualdad mujeres.

Si, como se está observando en las estadísticas, en el paro vuelve a crecer el diferencial entre el de los hombres y el de las mujeres; los pocos créditos que se otorgan están destinados a hombres (empresarios y emprendedores); disminuyen los servicios sociales o de salud por las reducciones presupuestarias de las Administraciones públicas, el peso de la crisis puede recaer, mayoritariamente, en las mujeres. Y el retorno al “hogar”, al ser expulsadas o no poder acceder al mercado de trabajo, está garantizado.

Pero no nos resignamos a perder la autonomía económica y personal pues nos retorna a situaciones de desigualdad profunda y  por el contrario queremos y seguiremos luchando por la igualdad real de las mujeres y de los hombres.

Si se aplicase y desarrollase reglamentariamente la “Ley de Igualdad” en todos sus extremos, sería el mejor programa electoral, en materia de igualdad, de los partidos políticos que aspiran a gobernar a este país. Algunos recogen aspectos parciales de la ley como si fuesen propuestas novedosas en vez de comprometerse con su aplicación como se hace con otras normativas.

¿Qué proponen los partidos en la contienda?

 Repasamos algunos temas relacionados con la igualdad de género en las propuestas electorales de los partidos para el 20 de noviembre:

Conciliación: El PP entiende que se posibilita con un Plan integral de apoyo a la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. Pretende remover los obstáculos con la “racionalización” de horarios ¿pretenderá que concilien más y mejor las mujeres con ellas mismas? Porque con los recortes en los servicios sociales de las autonomías será más difícil conciliar. El PSOE mantiene que es necesario avanzar en la corresponsabilidad, para lo que se necesita extender las escuelas infantiles y servicios públicos, junto a esa misma corresponsabilidad en los cuidados y tareas en el interior de las familias. IU plantea el reconocimiento económico (valoración en las cuentas públicas PIB) y normativo del trabajo doméstico y servicios públicos que faciliten la conciliación.

Permisos parentales: En este asunto la mayoría plantean que irán ampliando el permiso por paternidad pero sin concretar plazos y sin el compromiso de equiparación del permiso maternal y paternal obligatorio e intransferible, objetivo de muchas asociaciones de mujeres y del feminismo nacional e internacional.

No se clarifica algo tan importante como la función social de los cuidados en las familias y el resto de permisos parentales no vinculados con la reproducción y realizados mayoritariamente por las mujeres (mayores y dependencias, etc.)

Servicios sociales de apoyo: Ninguna opción se atreve a plantear abiertamente su merma, como consecuencia de la crisis mundial y nacional, y su desaparición o privatización, aumentando las desigualdades sociales que afectarán más a las mujeres que no han podido desprenderse del rol tradicional de la sociedad patriarcal.

Paridad: (No más de un 60% ni menos de un 40% de representación de cualquiera de los sexos). Sólo los partidos de izquierdas, empezando por el PSOE, proponen la paridad como eje de las políticas de igualdad en lo referido a la toma de decisiones en las organizaciones e instituciones. Para romper el “techo de cristal” que frena el progreso profesional de las mujeres, la paridad iguala a mujeres y hombres. Al PP le gusta más hablar de mérito de sólo algunas mujeres, pero no de sólo algunos hombres, aunque en la práctica se ha visto arrastrado hacia la equiparación debido al cambio social promovido por las mujeres, incluidas muchas conservadoras. IU propone garantizar que las listas electorales contemplen realmente un 50% de mujeres.

Brecha salarial: Todos los partidos están de acuerdo en acabar o ir reduciendo las diferencias salariales de mujeres y hombres. Es algo que se escapa de la normativa general laboral y económica, de la formación y capacitación profesional, pero es un hecho: las mujeres ganan un 30% menos ¿por qué será?

Planes de igualdad en las empresas y administraciones públicas: El PSOE es el partido que menciona más claramente la necesidad de incentivar la aprobación y aplicación de estos planes previstos en la “Ley de Igualdad”. Es de obligado cumplimiento pero muchas empresas e instituciones no lo hacen por falta de control y sanciones ante el incumplimiento. Son un instrumento de avance y de progreso.

Ley de interrupción voluntaria del embarazo: Los partidos conservadores plantean su modificación. El PP la tiene recurrida en el Tribunal Constitucional. No se especifican los cambios pero se pondrá en juego “el derecho a decidir” de las mujeres. Se omite, en el diagnóstico, la disminución de las interrupciones de embarazos no deseados desde que está en vigor la ley actual. También está en juego, no por “cuestione de conciencia” el que deje de ser un servicio gratuito tanto la intervención como la denominada “píldora del día después” aunque económicamente no sea un gasto sanitario significativo; es una cuestión ligada a la moral más retrograda y tradicional.

Custodia compartida: Solo UPyD propone elaborar una ley específica de custodia compartida como opción preferente en separaciones y divorcios. Lo que puede ser un objetivo a largo plazo en una sociedad sin discriminación por razón de género y en rupturas no traumáticas de parejas, deberían ser muy cuidadosos con este compromiso para la próxima legislatura y hacer, previamente, una evaluación de impacto de género. IU propone que se aplique la custodia compartida cuando exista acuerdo por parte de los dos progenitores, no en situaciones de conflicto.

Violencia de género, violencia machista: El PP propone hacer retoques a la Ley Integral contra la Violencia, de 2004, votada por unanimidad, para incluir a los niños también como víctimas de la violencia de género. Con más de 53 mujeres muertas en lo que va de año, y más de 600 en los últimos 9 años, cifra equiparable con otro tipo de terrorismos, la revisión de las leyes, los planes integrales y el conjunto de la normativa debe ser más profunda. Hay sensibilización social, pero falta compromiso político de más protección social, personal y jurídica en todos tipos de violencia machista empezando, lógicamente, por el derecho a la vida de las víctimas. Nadie plantea la posibilidad de ir trasladando todos los recursos utilizados contra el terrorismo de ETA hacia el terrorismo machista (lo que no supondría incremento de gasto) e incrementar otros recursos, aunque supongan gasto, para proteger la vida de las mujeres, sus hijos y sus familias.

No se puede permitir que la crisis incremente la brecha de género en España como ha ocurrido entre 2010 y 2011, según el informe anual global del Foro de Davos que indica que hemos pasado del puesto 11 al 12 del ranking mundial. Vamos retrocediendo en igualdad entre los sexos y no lo podemos permitir. El retroceso es lo opuesto al progreso social con igualdad de género.

TENEMOS QUE VOTAR PORQUE QUEREMOS LA IGUALDAD REAL