lunes, 18 de febrero de 2013

La discriminación: "una cuestión de historia"

En Madrid hay un total de 24 centros educativos que separan a los alumnos de las alumnas, sostenidos con dinero público. Que esto pase en pleno siglo XXI, es escalofriante per sé. Que además, cinco de ellos ofrezcan una Formación Profesional diferenciada para unos y otras, es indignante, aberrante y un atraso.
 
Según una información de El País, siguiendo este criterio, los alumnos chicos, puedes acceder a estudios de Telecomunicaciones, Sistemas Microinformáticos y Redes, Administración de Sistemas Informáticos en Red, Instalaciones Electrotécnicas, Sistemas Electrónicos y Automatizados, Gestión Adm., Adm. y Finanzas, Desarrollo de Ap. Informáticas, Desarrollo de Ap. Multiplataforma, Impresión en Artes Gráficas, Preimpresión en A. Gráficas, Sistemas Microinformáticos y Redes, Diseño y Producción Editorial, mientras que las alumnas chicas, han de ir -si así lo eligen- a centros que le ofrecen cursos de Gestión Administrativa, Dietética, Secretariado, Cocina y Gastronomía, Educación Infantil, Dirección de Cocina, Gestión de Alojamientos Turísticos, Patronaje y Moda. Insistimos, todo ello con fondos públicos.

Bien. Paremos aquí. Hasta ahora lo expuesto ya es grave pues condiciona a mujeres y hombres a formarse siguiendo unos roles clásicos y sexistas. Una idea que no comparten desde la Comunidad de Madrid. Y esto es lo realmente preocupante.
 
Para Alfonso Aguiló, según las declaraciones recogidas en el citado medio, presidente de la Asociación Madrileña de Empresas Privadas de Enseñanza y director del Tajamar, uno de los centros masculinos con FP, “el centro tiene más de 50 años y la oferta es antigua, no es fácil cambiar la maquinaria o despedir al profesorado, exige inversiones importantes”.
 
Efecticamente, es difícil cambiar una sociedad y hacerla más igualitaria. Terminar con años de sometimiento y discriminación. Pero hay que hacerlo.
 
Aguiló añade que "No es una cuestión de género, sino de historia". Suponemos que igual que lo fue el cinturón de castidad, la necesidad de la firma del marido para que la mujer pudiera acceder a una cuenta de ahorro en el banco o la autorización paterna para trabajar... igual que lo es la ablación o la lapidación, o los tiempos en los que las mujeres no podían votar... una cuestión de historia con la que hay que terminar porque castiga a las mujeres. 

Un último apunte a modo de anécdota. El periódico también recoge declaraciones de Carmen Calvo, directora de comunicación del colegio Fuenllana quien, hablando del centro en el que trabaja, indica que el edificio “está estructurado” para mujeres. Por favor, ¿alguien que sepa explicar, cómo un edificio está estructurado para mujeres y cómo para hombres?. Será algo de la historia de la arquitectura... a nosotras simplemente nos suenan a excusas que justifican la discriminación... Luego que nadie se eche las manos a la cabeza. La igualdad ha de existir desde abajo y, cuando se ofrecen alternativas discriminatorias se favorece a mantener la discriminación.

2 comentarios:

  1. Pues si el problema es la estructura del edificio se demuele y se construye otro nuevo donde puedan formarse hombres y mujeres con iguales oportunidades. Estamos en plena transformación del modelo productivo,es época de reformas, no podemos consentir una educación separada por sexos, para las mujeres los cuidados y para los hombres las tecnologías, porque eso implica que la hombre produce y la mujer reproduce y entonces ésta no tiene más elección que casarse, no nos cuenten milongas con que es historia, ésta evoluciona y los que se agarran a esta excusa son los cavernarios!

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  2. Un artículo estupendo, cuando el único argumento para la discriminación es que "los edificios son así" quien lo dice debe saber ya a estas horas, por sí mism@, que es idiota.

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